Todas tus decisiones te han traído hasta aquí

Si. Todas las decisiones que he tomado en la vida, buenas o no tan buenas me han traído a lo que hoy es mi realidad.

Con el #tenyearschallenge que se viralizó esta semana en Instagram llegó también la pensadera de lo que han sido mis últimos 10 años, y no se si les pasa como a mí, pero es demasiado loco, mágico, extraño TODO lo que puede pasar en tan poco o en tanto tiempo (depende del ojo con el que se mire). 10 años para muchos puede ser poco tiempo, o, por el contrario, mucho. Solo puedo resumir mi vida en estos últimos años con una frase: Caro, todas tus decisiones te han traído hasta aquí.

Hace 10 años, llevaba 1 año ya de comenzar la carrera que elegí al graduarme con tan solo 16 añitos del colegio ¿Será que uno a los 16 si sabe que es lo que quiere para toda la vida? Tal vez si…Tal vez no, sólo que, gracias a esa carrera, conocí personas maravillosas que aun conservo como grandes amigos del corazón, y gracias también a ella, al año y 4 meses de iniciar, arranqué en mi primer trabajo en una empresa que apenas estaba naciendo, La Recetta, pero hijita de un Grupo Empresarial gigante, Grupo Nutresa. Imagínense una peladita de 17 años, ni mayor de edad era, comenzando su práctica universitaria, rodeada de personas con más campo, más experiencia, más vida recorrida. Que hermosura de experiencia, lo que comenzó como una práctica de un año, terminó siendo 5 años, 3 ascensos, grandes experiencias y anécdotas, personas que marcaron mi vida por completo y que aún siguen muy presentes en mi corazón, mi primera pulida de carácter, enfrentarme a un mundo desconocido, lloradas, trasnochadas, una especialización, la muerte de mi papá y la decisión mas grande: ESTO NO ES LO QUE QUIERO PARA TODA MI VIDA.

10 meses antes de renunciar, estaba terminando mi especialización, con la convicción que ese era mi pase directo a otro ascenso, a más camino, sólo que al mismo tiempo estaba apagándose la vida de mi papá, sólo con 47 años, un roble; imponente, inteligente, el hombre con más carisma que he conocido en mi vida, fuerte, trabajador, innovador, creativo, líder, entregado por su familia, por nosotros sus hijos; mi referente en muchos sentidos, a quien profesionalmente quería parecerme, quien al final de sus días, cuando ya sus logros, cargos y reconocimientos no lo acompañaban, sino solamente su familia más cercana alrededor de un sillón de su último apartamento, a todos nos decía: “Esta vida es una ilusión, por eso hay que pasar bueno, hay que gozársela”.

Ufff esas palabras, esos momentos, esos últimos días me marcaron más que la vida misma, calaron en mí, yo creo que hasta mi ADN se transformó en esos días, porque lo que antes era un deseo del “alma”: el reconocimiento en una empresa, ser una empleada ejemplar que comenzara desde abajo, ascensos, especializaciones, maestrías, PhD, reconocimiento, éxito; se convirtió en lo que no quería ser, y ahora mi alma y mi corazón querían construir una vida de la que no necesitara vacaciones, una vida para disfrutar, una vida para viajar, una vida para vivir las horas con los que más amaba, para coleccionar momentos, no simplemente para que pasara frente a un escritorio, cumpliendo un horario, anhelando los viernes, los puentes, las vacaciones, las quincenas, las primas, la jubilación.

¿Muchos dirán, entonces de que se vive? ¿Si eso es lo que nos han enseñado? ¿Si esa es la fórmula del éxito? Si así lo han hecho los papás, los abuelos, los bisabuelos, ¿los tatara…Si pa eso es que estudiamos? ¿Si ese es el sueño colectivo? ¿¿Salirse?? ¿Salirse de la raya? ¿Y si me juzgan? ¿Y si se burlan? ¿Y si me dicen que estoy loco(a)? Créanme, todo esto lo pensé y me moría del pánico, aquí comenzaba la historia de salirse del “Deber ser”, ¿que si es duro? Pregúntele a cualquiera que haya hecho las cosas diferentes haber si no es duro. Salirse del común es lo más duro, pero adivinen, el 3% de la población en el mundo son los que hacen las cosas diferentes al resto, por eso viven una realidad completamente diferente…Y el otro 97%? Pues están ayudándole al 3% a vivir sus sueños. Sorry por ser pesada, pero es la realidad.

Como un deseo del alma, de esos que primero llegan pero que ni idea como materializarlos, llegó esas ganas de más, de conocer mis talentos, de abrirme caminos, de lanzarme con todo y miedo, de salirme de la raya. Ya por esa época a mi vida había llegado el amor, mi amado esposo. Increíble…Un año antes que mi papá se fuera, ya había llegado el que me iba a abrir los caminos para que ese deseo del alma se manifestara en la realidad.

Ese 2014 llegó con toda, me acuerdo que entré de mis ultimas vacaciones como empleada con la pensadera alborotada, y si me salgo? ¿Qué me pongo a hacer? ¿Como cumplo mis sueños? ¿Como me gano la vida? Y no crean que la decisión la tomé así de envalentonada y segura de mi misma, antes de que llegara ese momento, me quejé y me quejé y me quejé, renegué todos los días de mi trabajo, me sentí deprimida, frustrada, bajoneada, era cero lo que quería ser; pero así como cuando uno pide señales y oportunidades pero prefiere quedarse en modo victima y no verlas, ya mi amado Sebas había tomado acción a encontrar alternativas, había emprendido con su mejor amigo, estaba empeliculado hablándome de sueños, de jubilarnos antes de los 30 (¿whattt?), de viajar, de tener tiempo y dinero, de mil maravillas, que cuando estás en la vibración más baja del mundo todo eso te suena como “Mamita, de eso tan bueno no dan tanto”, “eso es que le van a robar”, “a fulanita también le llegaron con ese cuento…”, todas las conversaciones mentales y reales posibles que solo se generan cuando inconscientemente no te sientes merecedor de que lo bueno exista y te esté tocando la puerta de tu casa!!!

Yo en mi quejadera, y Él en su exceso de positivismo, un día llamé a darle el reporte diario de mis desgracias laborales y el siempre paciente, hermoso y discreto, me respondió del otro lado: directo, doloroso, pero más real que un berraco: “Amor, pero si no estás dispuesta a hacer algo diferente, para que te quejas…Estás cómoda en la incomodidad, entonces, no te quejes”. Imagínense mi cara, primero lo quise ahorcar, pero después me entró la pensadera más brava. “Total, Sebas tiene toda la razón, lleva más de 6 meses diciéndome que emprendamos juntos, que le demos con toda, que no tenemos nada que perder, que creamos más en los sueños que en los miedos, que tenemos todas las de ganar, que tenemos respaldo, que es algo grande, que nosotros lo podemos volver más grande, que vamos a ayudar a muchas más personas como nosotros a construir sus sueños, que es cuestión de aprender y lanzarse…¿Yo a que le estoy diciendo que no?”

Carta de renuncia 9 Junio 2014

Y pues…5 años han pasado desde ese 27 de abril del 2014 cuando le dije si a Sebas en su idea loca de negocio, y podría decirles que todo ha sido color de rosa, felicidad, aprendizaje, resultados y éxito. Pero como todo lo que es grande en la vida, ha costado un camino, porque como ya les dije, salirse de la raya no es fácil, sólo puedo decirles que como pareja, como persona individualmente, ha sido la mejor decisión que tomamos, esto nos ha obligado a aprender, a crecer de adentro hacia afuera, a equivocarnos mucho, a sentir que no es, después que sí, después que no, después que si…A dudar, a creer, a empoderarnos, a dar lo mejor de nosotros, a llorar, a levantarnos, a unirnos más como pareja, a soñar juntos, a VIVIR REALMENTE.

Con los primeros resultados, comenzamos también a vivir la vida que nos habíamos prometido, a hacer los primeros paseítos juntos, a visualizarnos, a soñar, nos casamos con la boda de nuestros sueños, ya vamos para 3 años de matrimonio, ya nació nuestra primera Lucecita y saber que hoy podemos los dos disfrutarnos el presente, viéndola crecer, celebrándole sus pequeñas hazañas, disfrutándonos el día a día, con tiempo…TIEMPO…Bendito tiempo, el bien más preciado que tenemos. Trabajamos incluso en emprendimientos engañados con que lo que nos va a dar felicidad y sueños cumplidos es el dinero, pero adivinen, es el tiempo el bien que no se renueva, que no vuelve, que es finito. La vida se va demasiado rápido y al final de los días, así como mi papá, no anhelas lo que el dinero te compró o te dio, anhelas recordar, anhelas más tiempo para vivir, para experimentar, para amar, para pasar bueno.

Hoy me atreví a escribir esto porque llevo más de 1 año dedicada 100% a mi ultimo emprendimiento, LA MATERNIDAD, una etapa que me he disfrutado y la he vivido con más plenitud que como la soñé y me doy cuenta que lo que decretamos y deseamos con todas las fuerzas del corazón y de la acción se hace realidad. Hace 5 años que emprendimos, a todo el que me preguntaba si me había enloquecido, que porque renuncié a semejante empresa, que mi papá se había muerto y yo me había tirado en la carrera, que había perdido el norte; yo les respondía que había decidido en un futuro ser una mamá presente, que junto con Sebas habíamos decidido que antes de los 30 años íbamos a ser libres financieramente, que queríamos vivir nuestros sueños…Dios mío! Hoy leo estas palabras y eran una mentira que elegimos creernos, era muy improbable que un par de peladitos soñadores hoy estuvieran viviendo su verdad. Gracias a Dios que nos dio certeza para creer en nuestros sueños.  Gracias a Dios que nos ha mantenido firmes, Gracias a Dios por los que nos han guiado e inspirado en este camino. Por los que nos enseñaron y nos siguen enseñando. Gracias a Dios porque, así como nos dio la capacidad de soñar, nos puso las herramientas para que echáramos mano de ellas.

Para mí, las casualidades no existen. Tal vez este cuento te llegó, te lo mandaron, te lo recomendaron, o simplemente te dio curiosidad lo que una pelada empeliculada pudiera escribir. Sólo quiero decirte que si al final de leerlo, algo te movió, no lo tomes como unas palabras más que leíste. Es un llamado. Como el que yo tuve a mayor escala hace 5 años. Si algo de tu realidad hoy no te gusta, está en tus manos hacer algo diferente; en modo victima nada va a pasar, en modo responsable, llegan las personas, las oportunidades, todo se alinea para que consigas lo que quieres.

Ayer leía en un libro que amo: “Dios no tiene consciencia de pobreza. No quiere que lleves una vida aburrida ni que tu trabajo te harte. No tiene nada en contra de las cosas de este mundo. -El dinero no es malo; simplemente no es nada-. Como todo lo demás, se lo puede usar con fines sagrados o impíos (…) Cuando no trabajamos más que por el dinero, nuestra motivación se centra en obtener y no en dar.” – Libro Volver al Amor. Con esta reflexión yo pensaba, es cierto, el dinero es más espiritual que físico, lo creamos en la mente, si creemos que lo tenemos, asi es, si creemos que no lo tenemos mas nos falta, el dinero nos permite vivir experiencias en esto que llamamos vida, nos permite crear escenarios (viajes, experiencias, momentos, comodidades…) para crecer en nuestra experiencia como seres humanos si así lo elegimos. Quienes creamos (del verbo crear) la fórmula para ganarlo fuimos nosotros (los seres humanos), o sea que los mismos seres humanos podemos cambiar la fórmula, y mejor aún, ya está inventada, algunos ya la implementamos y vivimos con esa nueva fórmula. Si estás leyendo esto, y algo te resuena, no pares hasta encontrarla, no dudes, ESE ES TU CAMINO.

Mi esposo y yo hoy tenemos la fortuna de poder ayudar a muchas más personas que, así como nosotros hace unos años, están en búsqueda de algo más de la vida. Si leíste esto y quieres que te contemos, bienvenido a escuchar, a abrirte. Sólo te digo, las ideas grandes y transformadoras solo entran en mentes abiertas. Si simplemente te inspiraste con esta historia real y vivida, también cumplí un enorme propósito, gracias por el tiempo para leerla.

Y, por último, POR FAVOR, no te conformes, NUNCA, aún hay mucho de ti que puedes dar a los demás. Aún hay mucho que Dios y la vida quieren entregarte. No te conformes. Tú lo mereces. Escucha las señales. Ponte en modo responsable. Las victimas no trascienden.

Con amor,

Carolina Paz Z.